Puntos clave para la práctica
De los editores de AFP |
Cerca del 10% de los recién nacidos requiere ayuda para empezar a respirar al nacer, y 1% necesita reanimación intensiva. La American Heart Association considera que si el recién nacido es de termino, con adecuado tono muscular, llora y respira normal, debe mantenerse cálido y mantener la temperatura normal, limpiar secreciones si es necesario, secar y estimular. Sin embargo, si presenta apnea y frecuencia cardiaca (FC) menor de 100 latidos por minuto (lpm) deberá colocarse un monitor para la saturación de oxígeno y para el trazo electrocardiográfico, en caso de que la FC se mantenga por debajo de los 100 lpm se revisará el movimiento del tórax, se aplicará ventilación correctiva y en su caso sonda endotraqueal o mascarilla laríngea. Si la FC se mantiene por debajo de los 60 lpm, se deberá intubar, aplicar compresiones torácicas y coordinar con ventilación con presión positiva, aplicar oxígeno al 100%, monitorear el ECG y considerar aplicar un catéter venoso umbilical de emergencia. Si a pesar de las medidas anteriores, la FC persiste en el valor inferior a los 60 lpm, se deberá aplicar epinefrina intravenosa, considerar hipovolemia y neumotórax.
Todos los nacimientos deben ser atendidos por una persona asignada, capacitada y equipada para iniciar reanimación y aplicar ventilación con presión positiva. Es necesario personal adicional si existen factores de riesgo de reanimación complicada. Listas de revisión del equipo, asignación de papel a desempeñar. Las instrucciones para el equipo de trabajo, mejoran el desempeño de la reanimación y los desenlaces.
La cobertura de as directrices de otras organizaciones no implica respaldo de AFP ni de la AAFP. Esta serie coordinada por Michael J. Arnold, MD, Editor colaborador Una colección de Practice Guidelines publicada en AFP está disponible en https://www.aafp.org/afp/practguide Este contenido clínico se ajusta a los criterios de la AAFP para educación medica continua (CME, continuing medical education). Revelación del autor: sin afiliaciones financieras relevantes. |
El contacto temprano piel a piel beneficia a los recién nacidos sanos que no requieren reanimación, ya que favorece la alimentación al seno materno y la estabilidad de la temperatura. Los recién nacidos de término con buen tono muscular, que respiran o lloran deben colocarse en el pecho de la madre en forma sistemática. No se recomienda la succión de rutina, ya sea oral, nasal u orofaríngea o endotraqueal, debido a la falta de beneficio y el riesgo de taquicardia.
Retardar el pinzamiento del cordón durante mas de 30 segundos es razonable para los recién nacidos de término y prematuros que no requieren reanimación. En los recién nacidos de término, retardar el pinzamiento aumenta el hematocrito y las concentraciones de hierro sin aumentar las tasas de fototerapia por hiperbilirrubinemia, cuidados intensivos neonatales o mortalidad. En los recién nacidos de término, retardar el pinzamiento reduce la necesidad de vasopresores o transfusión. En los recién nacidos prematuros debe evitarse ordeñar el cordón debido al aumento de riesgo de hemorragia intraventricular.
Los recién nacidos prematuros y de término sin un buen tono muscular o que no respira ni llora deben acercarse a un calentador radiante para la reanimación. La temperatura del recién nacido debe mantenerse entre 36.5 y 37.5° C, debido a que la mortalidad y morbilidad aumenta con la hipotermia, en especial en los prematuros y aquellos con bajo peso al nacer.
Según las recomendaciones, la succión es necesaria solo si la vía aérea parece estar obstruida por líquido. En los recién nacidos din vigor con líquido teñido de meconio, está indicada la succión endotraqueal solo si la obstrucción limita la ventilación con presión positiva, debido a que la succión no mejora los resultados.
La estimulación táctil es razonable en los recién nacidos con esfuerzo respiratorio inefectivo, aunque debe limitarse al secado y frote de la espalda y las plantas de los pies.
La evaluación de la frecuencia cardiaca se realiza mejor mediante auscultación. Si se requiere reanimación, debe usarse electrocardiografía, en especial con las compresiones del tórax. La electrocardiografía detecta la frecuencia cardiaca más raído y de manera mas precisa que un oxímetro de pulso.
La ventilación con presión positiva debe aplicarse de inmediato a los recién nacidos que están en apnea, jadeando o que tienen una frecuencia cardiaca menor de 100 latidos por minuto en el transcurso de los primeros 60 segundos de vida, a pesar de la reanimación inicial. Por cada 30 segundos que se retrasa la ventilación, aumenta 16% el riesgo de estancia hospitalaria prolongada o muerte. La ventilación con presión positiva debe proporcionarse con 40 a 60 insuflaciones por minuto con una presión de inflación máxima de 30 cm de agua en los recién nacidos de término y 20 a 25 cm de agua en los prematuros. Es posible utilizar ventilación con presión positiva al final de la espiración hasta de 5 cm de agua para mantener los volúmenes pulmonares, basados en evidencia de baja calidad de reducción de la mortalidad en los prematuros.
Se utiliza presión positiva en los recién nacidos que están respirando, para ayudar con la disnea o cianosis persistente. En los prematuros menores de 30 semanas de gestación, la presión positiva continua en vía aérea, en vez de intubación, reduce la displasia broncopulmonar o la muerte con un número necesario de tratar de 25.
En lo recién nacidos que nacen a las 35 semanas de gestación o más, la reanimación iniciada con concentraciones de oxígeno al 21% reduce la mortalidad a corto plazo. En los recién nacidos con menos de 35 semanas de gestación, las concentraciones de oxigeno mayores de 50% no son mas efectivas que las concentraciones menores. Para empezar, en estos nacidos debe utilizarse oxigeno de 21 a 30%, ajustando la dosis en aumento según la saturación de oxígeno.
Si la frecuencia cardiaca sigue siendo menor a 60 latidos por minuto a pesar de 30 segundos de ventilación a presión positiva adecuada, deben iniciarse las compresiones torácicas con una técnica en la que los dos pulgares se encuentran paralelos sobre el esternón y los dedos de las dos manos rodean hacia atrás el tórax, con una proporción: 3:1 de compresión de ventilación.
Debe optimizarse la ventilación antes de iniciar las compresiones torácicas, incluso intubación endotraqueal. Se recomiendan altas concentraciones de oxígeno durante las compresiones torácicas, basándose en opinión experta.
La cateterización venosa umbilical es el acceso vascular recomendado, aunque no se ha estudiado. Es razonable el uso de agujas intraóseas, aunque se han informado complicaciones locales.
Esta indicada la epinefrina si la frecuencia cardiaca sigue estando en 60 latidos por minuto a pesar de compresiones torácicas durante 60 segundos y ventilación adecuada.
Se prefiere la epinefrina intravenosa ya que las concentraciones plasmáticas de epinefrina aumentan con mayor rapidez que con la administración endotraqueal. La epinefrina debe administrarse por vía intravenosa a razón de 0.01 a 0.03 mg/kg o mediante sonda endotraqueal a razón de 0.05 a 0.1 mg/kg. La dosis de epinefrina se repite cada tres a cinco minutos si la frecuencia cardiaca sigue siendo menor a 60 latidos por minuto. Cuando se requiere epinefrina, es frecuente que se necesiten múltiples dosis. Si no hay respuesta a la reanimación y se sospecha o se sabe que existe sangrado, es posible que se requiera una expansión de volumen con solución salina normal o sangre, a razón de 10 ml por kg a pasar en los siguientes 5 a 10 minutos. Esto se repite si la respuesta es inadecuada. Es preferible sangre no cruzada tipo O Rh negativa cuando el sangrado es sustancial.
Después de una reanimación prolongada, se recomienda la vigilancia en una unidad de cuidados intensivos neonatales o el área de priorización, la hipoglucemia es frecuente y se relaciona con malos resultados si no se corrigen las concentraciones de glucosa. Después de una reanimación prolongada, los recién nacidos de 36 semanas de gestación o mas deben evaluarse en busca de evidencia de encefalopatía hipóxica-isquémica. En los recién nacidos de termino y prematuros tardíos con encefalopatía moderada a grave y asfixia durante el parto, la hipotermia terapéutica reduce la discapacidad importante del neurodesarrollo y la mortalidad.
La decisión de suspender la reanimación neonatal debe individualizarse con base en la edad gestacional, condiciones fetales, recursos y los deseos de los padres. La edad gestacional en donde empieza la viabilidad suele definirse entre 22 y 24 semanas de edad.
Si la frecuencia cardiaca fetal no se detecta después de 20 minutos de nacido a pesar de la reanimación, es posible que sea necesario reconsiderar los objetivos de la atención médica.
Los puntos de vista en este artículo son de los autores y no reflejan necesariamente la política oficial o la postura del Department of Navy, Uniformed Services University of the Health Sciences, Department of Defense, o el U.S. government.
Fuente de la directriz: American Heart Association
¿Se utilizo un sistema de calificación de la evidencia? Sí
¿Se describió la búsqueda sistemática en la literatura? Sí
¿Se desarrollo la directriz con participantes sin vínculos financieros relevantes? Sí
¿se basaron las recomendaciones en criterios de valoración orientados al paciente? Sí
Fuente publicada: Pediatrics. January 2021; 147(suppl 1): e2020 038505E
Disponible en: https://pediatrics.aappublications.org/content/147/suplement_1/e2020038505E
Noa C. Hammer, MD, MPH
Naval Hospital Camp Pendleton Family Medicine Residency
Camp Pendleton, Calif.
John J Koch, MD
Naval Hospital Camp Pendleton Family Medicine Residency
Camp Pendleton, Calif.
Hilary C. Hopkins, MD
Naval Hospital Camp Pendleton Family Medicine Residency
Camp Pendleton, Calif.
Jasani B, Torgalkar R,Ye XY, et al. Association of umbilical cord management strategies with outcomes of preterm infants: a systematic review and network meta-analysis, JAMA Pediatr. 2021(4): 210102.
Berazategui JP, Aguilar A, Escobedo M, et al.; ANR study group. Risk factors for advanced resuscitation in term and near-term infants: a case-control study. Arch Dis Child Fetal Neonatal ed. 2017; 102(1): F44-F50.
Revista Atención Médica Vol. 35, No.3 marzo 2022, Directrices de Práctica. Reanimación Neonatal: directrices actualizadas de la American Heart Association. Página 46-48.