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Prevención o retraso de la diabetes mellitus tipo 2: recomendaciones de la American Diabetes Association

Prevención o retraso de la diabetes mellitus tipo 2: recomendaciones de la American Diabetes Association

Puntos clave para la práctica

  • La prediabetes no es un diagnóstico sino más bien una oportunidad de prevenir o retardar un futuro diagnóstico de diabetes tipo 2
  • Los programas intensivos de estilo de vida son las intervenciones más efectivas para prevenir o retardar un diagnóstico de diabetes en pacientes con prediabetes.
  • En los pacientes con prediabetes, la terapia con metformina logra hacer más lenta la progresión a diabetes tipo 2, aunque, a la larga, de manera menos efectiva que los programas de estilo de vida.
  • En las pacientes que han tenido diabetes gestacional, los beneficios de la terapia con metformina son similares a los de los programas de estilo de vida.

De los editores de AFP

Hacer detección en personas con alto riesgo de diabetes mellitus es esencial debido a que cerca de una cuarta parte de los estadounidenses que tienen diabetes no están diagnosticados. La American Diabetes Association (ADA) recomienda hacer detección en todos los adultos de 45 años y mayores, en busca de diabetes, cada tres años, usando la A1C, la glucosa en ayuno o la prueba de tolerancia a la glucosa de dos horas. Las personas mayores de 45 años que tienen sobrepeso u obesidad están en un alto riesgo debido a antecedentes familiares, ciertos padecimientos (p. ej., enfermedad cardiovascular, hipertensión, dislipidemia, síndrome de ovario poliquístico) o inactividad física y aquellos que pertenecen a un grupo racial o étnico de alto riesgo (es decir, africano americanos, latinos, nativos americanos, asiático americanos e isleños del Pacífico) o quienes tienen signos de resistencia a la insulina (p. ej., obesidad grave, acantosis pigmentaria, peso al nacer menor que la edad gestacional) deben hacerse pruebas de forma regular.

 

La clasificación de los resultados de las pruebas de detección como indicativas de diabetes muestra un aumento de riesgo de un futuro diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 y proporciona una oportunidad de prevención. Los criterios para prediabetes, que incluyen concentraciones de A1C de 5.7 a 6.4, glucosa plasmática en ayuno de 100 a 125 mg por dL (5.55 a 6.94 mmol por L) o glucosa a las dos horas de 140 a 199 mg por dL (7.77 a 11.04 mmol por L) después de una carga de glucosa oral de 75 mg, identifican a las personas en quienes la prevención de diabetes será favorable. La ADA publicó las directrices actualizadas para la prevención o retraso de la diabetes.

La cobertura de las directrices de otras organizaciones no implica respaldo de AFP ni de la AAFP.

Esta serie está coordinada por Michael J. Arnold, MD, Editor colaborador

Una colección de Practice Guidelines publicada en AFP está disponible en https://www.aafp.org/afp/practguide.

Este contenido clínico se ajusta a los criterios de la AAFP para educación médica continua (CME, continuing medical education).

Revelación del autor: sin afiliaciones financieras relevantes.

 

Cambios de estilo de vida

Evidencia sólida apoya las intervenciones de estilo de vida para el retraso o prevención de la diabetes. Los programas que incluyen dieta, pérdida de peso y ejercicio reducen los diagnósticos de diabetes mellitus tipo 2 hasta en 58% a lo largo de tres años. En periodos más largos, 27 a 43% de personas evitarán un diag nóstico de diabetes con los cambios sostenidos de estilo de vida.

Los programas deben modelarse según el National Diabetes Prevention Program, el cual se enfoca en una pérdida de peso sostenida de por lo menos 7% del peso corporal y por lo menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana. Aunque la pérdida de peso se considera el factor más importante para reducir el riesgo de la diabetes tipo 2, lograr la meta de actividad física de por lo menos 150 minutos por semana reduce 44% la incidencia de diabetes, aunque no adelgacen.

Debido a que no se ha identificado una dieta óptima para prevenir el inicio de la diabetes, el consejo dietético debe ser a la medida de las preferencias individuales. Una dieta estilo mediterráneo o baja en carbohidratos, y tal vez una dieta vegetariana a base de plantas o la dieta Dietary Approaches to Stop Hypertension (DASH) reduzcan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

El National Diabetes Prevention Program lleva programas de cambio de estilo de vida basados en evidencia, a las comu nidades. El médico puede referir a los adultos con sobrepeso, no embarazadas con prediabetes, al programa, o los pacientes hacerlo por sí mismos (https://www.cdc.gov/diabetes/preven tion/find-a-program.html).

 

Medicamentos

Los medicamentos retrasan o previenen la diabetes tipo 2 pero son menos efectivos que los programas de estilo de vida. Metformina tiene la evidencia más fuerte, mientras que liraglutida, insulina, tiazolidinedionas, inhibidores de la glucosidasa alfa, orlistat y fentermina/topiramato tienen cierta evidencia de be neficio. En un principio, metformina es casi tan efectiva como las intervenciones de estilo de vida; sin embargo, con el tiempo, las intervenciones de estilo de vida demuestran una clara superioridad. En pacientes con diabetes gestacional previa, metformina reduce 50% la incidencia de diabetes, equivalente a los cambios de estilo de vida. Debido a que el uso prolongado de metformina provoca deficiencia de vitamina B12, debe con siderarse vigilar las concentraciones de la vitamina B12.

 

Prevención del riesgo cardiovascular

Debido a que la diabetes aumenta el riesgo cardiovascular, identificar la prediabetes proporciona una oportunidad de reducir este riesgo. Debe considerarse dar tratamiento para la hipertensión, la dislipidemia y la dependencia del tabaco. Debido a que abandonar el tabaquismo en ocasiones aumenta el riesgo de diabetes por varios años, el abandono del tabaco debe combinarse con la prevención de diabetes.

 

Vigilancia

Aunque la evidencia es limitada, se recomienda la vigilancia anual de laboratorio para pacientes con prediabetes con el fin de seguir la efectividad del tratamiento y el desarrollo de la diabetes tipo 2.

Nota del editor: la prediabetes es controvertida debido a que describe a una población con un aumento de riesgo en vez de un diagnóstico actual o futuro o ningún daño definitivo. Debemos decidir qué hacer con la oportunidad de prevención desde resultados de laboratorio limitrofes. Estas recomendaciones de la ADA apoyan y adicionan las recomendaciones recientes de la US. Preventive Services Task Force (USPSTF: https://www. aafp.org/afp/2022/0100/ od1 html). Aunque la USPSTF recomienda la detección regular de la diabetes para adultos de 35 a 70 años de edad con sobrepeso u obesidad, la ADA recomienda hacer detección en todos los adultos de 45 años y mayores, así como cualquier adulto con sobrepeso u obesidad y que tiene uno o más factores de riesgo adicionales. La ADA Incluye la raza como un factor de riesgo, aunque es una construcción social que tal vez no represente una predisposición genética. La USPSTF y la ADA indican intervalos de detección de tres años y las intervenciones de estilo de vida, metformina o ambas para los pacientes con prediabetes. Esta directriz de la ADA agrega más especificaciones a estas recomendaciones. -Michael J. Amold, MD, Editor colaborador.

 

Fuente de la directriz: American Diabetes Association

¿Se utilizó un sistema de calificación de la evidencia? Si

¿Se describió la búsqueda sistemática en la literatura? Si

¿Se desarrolló la directriz con participantes sin vínculos financieros con la industria? No

¿Se basaron las recomendaciones en criterios de valoración orientados al paciente? No

Fuente publicada: Diabetes Care. September 2021 ; 44(suppl 1): S34-539

Disponible en: https://doi.org/10.2337/dc21-5003

Jeanmarie B. Rey, MD, FAAFP

Uniformed Services University of the Health Sciences Bethesda, Md Correo electrónico: jeanmarie.rey@ usuhs.edu.

Matthew Hawks, MD, FAAFP

Uniformed Services University of the Health Sciences Bethesda, Md.


*Copyright 2021 American Academy of Family Physicians. Todos los derechos reservados. Este artículo en esta edición en español esta traducido del articulo original publicado en American Family Physician, Copyright 2022 (Am Fam Physician 2022;103 (5); 309-310). American Family Physicians (AAFP) e Intersistemas no garantizan la exactitud, suficiencia, integridad o disponibilidad de cualquier información y no son responsables por cualquier error u omisiones o por los resultados obtenidos del uso de tal información incluida en el contenido autorizado. AAFP e Intersistemas no dan ninguna garantía expresa o implícita, lo que incluye, pero no se limita, a cualquier garantía mercantil o capacidad para un propósito particular o uso. En ningún evento AAFP e Intersistemas son responsables por cualquier daño o perjuicio indirecto, especial o consiguiente en relación con suscriptores, lectores u otros por el uso del contenido autorizado. 

Revista Atención Médica Vol. 35 No. 9 septiembre 2022 Páginas 57 y 58.

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