Alan L. Williams, MD, FAAFP, y Jeffrey C. Leggit, MD, CAQSM, Departamento de Medicina Familiar, Uniformed Services University of the Health Sciences, Bethesda, Maryland.
Revelación del autor: sin afiliaciones financieras relevantes.
¿Son tan seguras y efectivas las inyecciones de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como las inyecciones de esteroides, para el tratamiento del dedo en gatillo?
En los pacientes con dedo en gatillo, no existe diferencia significativa en los criterios de valoración a las 12 a 24 semanas, que incluyen resolución de los síntomas, recurrencia, movimiento activo total, dolor residual, satisfacción del paciente o eventos adversos, cuando se comparan el tratamiento con inyecciones de AINE vs. inyecciones de corticosteroides.' (Fortaleza de la recomendación: B, basada en evidencia inconsistente o de calidad limitada orientada al paciente.)
Puntos de aprendizaje para la práctica El dedo en gatillo ocurre cuando el movimiento del tendón del flexor de un dedo a través de la primera polea anular se vuelve anormal debido a inflamación o tumefacción. Con una prevalencia general que se calcula en 2.6%, el dedo en gatillo es más frecuente en las mujeres y en personas de 40 a 50 años de edad. Los pacientes con artritis o diabetes mellitus parecen tener un aumento de riesgo. Las opciones de tratamiento conservador incluyen fisioterapia, tópico u oral, colocación de férula y modificación de la actividad. Los síntomas en ocasiones se resuelven sin tratamiento. Sin embargo, la observación expectante y otras medidas conservadoras no son aceptables para algunos pacientes. El tratamiento invasivo con inyecciones o cirugía se reservan a menudo para casos que son más graves o que no responden a las medidas conservadoras.
Dos revisiones previas Cochrane investigaron estudios comparativos con asignación aleatoria en los que se comparaban AINE tópico, oral o inyectado, con placebo, corticosteroides o tratamientos alternos con AINE (es decir, un fármaco diferente o diferente vía de administración). Sólo dos estudios con un total de 231 pacientes cumplieron con los criterios de inclusión y cada uno utilizó una inyección de un AINE (12.5 mg de diclofenaco en un estudio [n = 110), 15 mg de ketorolaco en el segundo [n = 121]) comparados con inyección de triamcinolona. Se utilizaron diferentes dosis en los dos estudios. En un estudio se permitió el uso de lidocaína en ambos brazos, mientras que en el otro estudio no se permitió el uso de lidocaína. En ambos estudios se utilizó el sistema de calificación de Quinnell para la valoración, una escala ordinal de cinco puntos. desde 0 hasta 4, en la cual 0 representa un movimiento normal de la articulación; 1, movimiento disparejo; 2, una obstrucción del tendón corregible de forma activa; 3, corregible en forma pasiva y 4 deformidad fija. Se realizaron revaloraciones a las tres y a las 12 semanas después de la inyección en un estudio y a las tres, seis, 12 y 24 semanas en el otro. El primer autor de un fue también el primer autor de esta revisión Cochrane; sin embargo, la valoración del estudio la realizaron otros analistas.
Al final del periodo de observación, no existieron diferencias estadísticas entre los tratamientos. Ambos revelaron un patrón de mayor mejoría inicial después de la inyección de corticosteroides con una posterior desaparición de las diferencias en el seguimiento. Los efectos adversos después de la inyección fueron poco frecuentes y no ocurrieron con mayor frecuencia en ninguno de los grupos.
En otro estudio, no incluido en este análisis, se utilizaron diversas dosis de triamcinolona (5, 10 o 20 mg) y se demostró un beneficio mayor a corto plazo (una semana a seis meses) cuando se utilizaron dosis más altas de corticosteroides, aunque la diferencia ya no estaba presente después de nueve meses.
Los dos estudios en este análisis fueron pequeños y los datos no fueron concluyentes, ya que dejaron muchas preguntas sin resolver, que incluyeron el efecto de la técnica de inyección, la dosis o el volumen de sustancia inyectada, y si la combinación de tratamientos hubiera sido más efectiva.
Las directrices de consenso indican que la colocación de una férula, inyección de corticosteroides y cirugía están indicadas para el tratamiento del dedo en gatillo, basadas en el momento de desarrollo del padecimiento, la intensidad de los síntomas y la terapia previa. No está del todo claro si existe alguna diferencia entre la observación y la inyección, en cuanto a los criterios de valoración a largo plazo. Aunque existe cierta evidencia de que la inyección de AINE es tal vez una opción para los pacientes con dedo en gatillo, se justifica una toma de decisiones compartida con respecto a las opciones de tratamiento.
Las recomendaciones de la práctica en esta actividad están disponibles en http://www.cochrane.org/CD012789.
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*Copyright 2022 American Academy of Family Physicians. Todos los derechos reservados. Este articulo en esta edición en español esta traducido del articulo original publicado en American Family Physician, Copyright 2022 (Am Fam Physician 2022;103 (5); 309-310). American Family Physicians (AAFP) e Intersistemas no garantizan la exactitud, suficiencia, integridad o disponibilidad de cualquier información y no son responsables por cualquier error u omisiones o por los resultados obtenidos del uso de tal información incluida en el contenido autorizado. AAFP e Intersistemas no dan ninguna garantía expresa o implícita, lo que incluye, pero no se limita, a cualquier garantía mercantil o capacidad para un propósito particular o uso. En ningún evento AAFP e Intersistemas son responsables por cualquier daño o perjuicio indirecto, especial o consiguiente en relación con suscriptores, lectores u otros por el uso del contenido autorizado.